Durante años, la grasa ha sido un término que insta a desterrarla de las dietas siempre que sea posible, para cambiar a los alimentos bajos en grasa. Pero el cambio no nos hace más saludables, probablemente porque se cortan tanto las grasas dañinas como las saludables por eso en este artículo vamos a destacar la relevancia de los acidos grasos insaturados.

Importancia de los ácidos grasos insaturados

Tu cuerpo necesita un poco de grasa de los alimentos. Es una fuente importante de energía. Te ayuda a absorber algunas vitaminas y minerales. La grasa se necesita para construir las membranas celulares, el exterior vital de cada célula, y las vainas que rodean nervios.

Es esencial para la coagulación de la sangre, el movimiento muscular, y la inflamación. Para la salud a largo plazo, algunas grasas son mejores que otras. Las grasas buenas incluyen grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas. Las malas son las grasas trans industriales. Las grasas saturadas caen en algún punto intermedio.

Todas las grasas tienen una estructura química similar: una cadena de átomos de carbono unidos a átomos de hidrógeno. Lo que hace que una grasa se diferencie de otra es la longitud y la forma de la cadena de carbono y el número de átomos de hidrógeno conectados a los átomos de carbono. Al parecer leves diferencias en la estructura se traducen en diferencias cruciales en la forma y la función.

Las grasas saturadas son comunes en la dieta. Son sólidas a temperatura ambiente. Las fuentes comunes de grasas saturadas son las carnes rojas, leche entera y otros productos lácteos como el queso, aceite de coco, y muchos productos horneados preparados comercialmente. Pero, ¿qué hay con los ácidos grasos insaturados?

Sobre los ácidos grasos insaturados

La palabra «saturado» aquí se refiere al número de átomos de hidrógeno que rodean a cada átomo de carbono. La cadena de átomos de carbono tiene el mayor número de átomos de hidrógeno como sea posible y está saturado de hidrógenos.

Una dieta rica en grasas saturadas puede hacer subir el colesterol total, e inclinar la balanza hacia el colesterol LDL más perjudicial, que solicita bloqueos a formarse en las arterias del corazón y otras partes del cuerpo. Por esa razón, la mayoría de los expertos en nutrición recomiendan limitar la grasa saturada a menos del 10% de calorías al día y consumir ácidos grasos insaturados.

Un puñado de informes recientes ha enturbiado la relación entre las grasas saturadas y las enfermedades del corazón. Una meta-análisis de 21 estudios, dijo que no había suficiente evidencia para concluir que la grasa saturada aumenta el riesgo de enfermedades del corazón, pero que la sustitución de grasas saturadas con grasas poliinsaturadas puede de hecho reducir el riesgo de enfermedades del corazón.

Otros dos estudios principales se estrecharon la receta ligeramente, llegando a la conclusión que la sustitución de grasas saturadas por grasas poliinsaturadas como aceites vegetales o carbohidratos ricos en fibra es la mejor apuesta para reducir el riesgo de enfermedades del corazón, pero reemplazar las grasas saturadas con carbohidratos altamente procesados ​​podrían hacer lo contrario.

La integración de ácidos grasos insaturados a la dieta es entonces una muy buen alternativa para la salud.