¿Puede reducirse el consumo de drogas con la regularización?

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Las drogas consisten en sustancias que logran alterar tanto la percepción como el estado de ánimo de la persona que las consumen, por lo que pueden terminar causando pérdida de conocimiento, accidentes y/o crisis de angustia, entre otras cosas.

Además, su consumo prolongado podría llegar a generar adicción.

Asimismo, aparte de crear adicción, también podrían generar diversos problemas de salud, sociales, familiares o educativos, etc., no solo en las quienes presentan una clara dependencia de las drogas, sino también en quienes las consumen sin ser adictos.

Es debido a esto que en torno a este tipo de sustancias ha existido tanto debate, y actualmente la pregunta es, ¿puede reducirse el consumo de drogas con la regularización?

¿Es posible disminuir el consumo de drogas a través de la regularización?

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A través de la normalización del consumo de drogas, con el paso del tiempo, una mayor cantidad de personas consideran que no pasa nada y además las nuevas generaciones van creciendo con una idea errónea, ya que se encuentran en un bombardeo de información continuo que les hace creer que es de esa manera.

Por desgracia, esto solo hace que sea más complicado mantener a jóvenes y adultos lejos del uso de drogas.

Y es que incluso en la actualidad, pese a que existe gran información acerca de este tema, aún existen numerosas personas que continúan teniendo la idea de que prohibir el consumo de drogas, y/o controlar el modo en que son distribuidas suponen las mejores soluciones para acabar con el gran problema de salud pública que representan las adicciones a diversas sustancias.

Pero lo cierto es que esto se encuentra completamente lejos de la realidad, ya que la estrategia más acertada para hacer frente a las drogas consiste en la prevención.

De modo que la regularización no ayuda a reducir el consumo de drogas, sino que de hecho lo incrementa; de modo que lo ideal sería disminuir la demanda a través de una propaganda intensiva que logre resaltar claramente los efectos negativos que implica usar estas sustancias.

Y es que los productos son vendidos solo cuando existe una demanda efectiva dispuesta a pagar el precio, pero si no la hay, tampoco habrá oferta.

En este sentido, cabe destacar que en esos lugares en los que la legalización de la marihuana fue aprobada, los consumidores ilegales aumentaron considerablemente; así, por ejemplo, investigaciones indican que en Estados Unidos, después de que el uso medicinal del cannabis fue aprobado, tanto su consumo ilícito como los casos de abuso han experimentado un incremento.

De tal manera que la regularización del uso de drogas ilegales (cocaína, cannabis, heroína, energizantes, sustancias dopantes, solventes industriales, etc.), del mismo modo que ha sucedido con las drogas administrativamente controladas, implicaría el establecimiento tanto de mecanismos como de normas a través de las cuales tener acceso a dichas sustancias.

¿Esto cómo? Mediante reglamentaciones administrativas que no solo determinen explícitamente el ámbito de la autorización, sino que además establezcan sanciones en el caso de incumplir con las reglas.

Prevención del uso de drogas

Existen ciertos consejos o pautas que podrían ser realizados con el fin de prevenir que los jóvenes comiencen a usar drogas, al igual que para detener el desarrollo de una adicción en aquellos casos donde la misma ya haya empezado.

En este sentido, la prevención se puede realizar de diversas formas; así, por ejemplo, en ocasiones se trata de reducir la presencia de drogas alrededor de las calles.

Para esto se persiguen tanto los vendedores como los distribuidores de drogas ilegales, a la vez que se promulgan leyes que complican la posibilidad de los más jóvenes para acceder a las drogas legales. Dicho de otro modo, se actúa directamente en torno a la oferta de drogas.

En otros casos se interviene de forma directa en torno al interés, deseo, y/o necesidad de los individuos de consumir drogas, al igual que en el ambiente que permite usarlas con mayor facilidad.

Consiste entonces en fomentar en las personas el desarrollo tanto de capacidades como de recursos que les permitan mantenerse alejadas de la necesidad e interés de consumirlas, a la vez que se genera un ambiente saludable que permita acceder a información objetiva y realista acerca de las drogas, o dicho de otra forma, se actúa en torno a la demanda de estas sustancias.

La prevención se trata de una tarea de todos, y no únicamente de los expertos en drogas; por lo que implica la suma de pequeñas acciones que cada persona puede realizar; ya que todos tienen algo que decir y/o hacer.

Entonces, cuando de la prevención se trata, las siguientes figuras pueden intervenir:

  • Padres: Al fomentar desde la infancia costumbres y hábitos saludables, además de ofrecer apoyo en cada etapa de su desarrollo personal e información real acerca de las drogas.
  • Profesores: Enseñando sobre la importancia de la salud, ofreciendo orientación acerca de cómo mejorarla y mantenerla.
  • Médicos y personal sanitario: Al promover una mejora de la salud dentro de la comunidad, ofreciendo información objetiva acerca de los riesgos y efectos de las drogas, al igual que tratamiento para quienes lo necesiten.
  • Autoridades: Al actuar directamente sobre la oferta y disponibilidad de estas sustancias y persiguiendo a los vendedores, etc.
  • Legisladores: Al promulgar leyes que permitan tanto limitar la venta de drogas legales a menores como sancionar comportamientos ilícitos no solo de producción de drogas, sino también de su venta.